El último Volkswagen Escarabajo se fabricó en la factoría de Volkswagen de México S.A. de C.V. en la ciudad de Puebla, el 30 de julio de 2003. Fue el vocho 21,529.464 fabricado, y fue el último número de los 3.000 vehículos fabricados bajo la denominación "Sedán Última Edición". Era el cierre a una historia de 65 años desde su presentación en 1938, y de 58 de producción con un éxito sin precedentes en la Historia de la Automoción.
El elegante Volkswagen Sedán Última Edición, 2003, el último modelo de un vehículo que ha sabido ganarse el título de eterno. |
Oficialmente Volkswagen justificó el fin de la producción del Vocho en su baja demanda. Desde finales de los 90 cada vez se vendían menos Escarabajos y es cierto que se había tornado imposible competir con las cualidades de los vehículos contemporáneos. Desde el pico de 1,300.000 vochos producidos en 1971, se había caído a 30.000 anuales en los primeros años del siglo XXI, niveles de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial (en 1948 se produjeron 19.244; en 1949, 46.154).
Este Sedán Última Edición tenía las características más actualizadas posibles:
- Transmisión manual de 4 velocidades.
- Aislamiento acústico del motor mejorado.
- Frenos de disco delanteros y de tambor traseros.
- Motorización de 1.600 cc y catalizador, capaz de una velocidad máxima de 130 km/h.
- Equipo de sonido estéreo CD con cuatro altavoces.
- Neumáticos con fileteado en blanco.
- Sólo dos colores (beige luna y azul acuario).
- Placa conmemorativa de la Edición en el interior del vehículo.
- Emblema de Wolfsburg sobre el capó delantero.
Como curiosidad, sólo uno de los 3.000 últimos vochos se pintó de color rojo por expreso deseo de su propietario, un directivo de la casa Volkswagen.
El último Beetle, de color beige luna, fue apodado "El Rey" en honor al mariachi de José Alfredo Jiménez, y fue trasladado al Museo Volkswagen en la ciudad de Wolfsburg (el número precedente, el 2.999, permanece en la factoría de Puebla).
Éste es "El Rey", el último vocho fabricado. Ocupa un puesto de honor en la Historia del Volkswagen y reposa en la ciudad que vio crecer su producción. |
Para muchos aficionados, supuso un mazazo. El cierre de la producción significaba que sus vehículo clásicos iniciaban un proceso de revalorización (que siempre será más baja en los vochos que en otros clásicos, debido a su altísima producción), pero esto no servía de consuelo para ellos, así como tampoco para aquellos que habían planeado comprar un Volkswagen mexicano e importarlo. Pues, como bien decía la publicidad Volkswagen que acompañó aquel momento: