lunes, 21 de abril de 2014

EL BEETLE, EL NEW BEETLE Y EL BEETLE DEL SIGLO XXI


El VW Sedán, el New Beetle y el Beetle, sus nombres comerciales oficiales.

A finales de los años 90, la casa Volkswagen anunció que estaba trabajando en un prototipo de nuevo Volkswagen Escarabajo. Los entusiastas más ilusionables pudieron pensar que se reviviría el concepto original (motor bóxer trasero, precio de venta contenido, austeridad en el equipamiento y robustez mecánica) pero no sucedió así. A pesar de que las tecnologías actuales hubieran permitido hacer un vehículo perfectamente compatible con los estándares vigentes de consumo y seguridad (tal vez sin mantener el motor refrigerado por aire), los apasionados por el Vocho no pudieron ver "un nuevo Bug".

El New Beetle, modelo que vio la luz en 1999 y se ha mantenido vigente hasta el año 2012 durante trece años con mínimas modificaciones, fue un revival del Volkswagen Escarabajo amparado en fundamentos estéticos, pero que al estar montado sobre el VW Golf no tenía un precio económico y parecía destinado a personas que quisieran disfrutar de conducir un coche exclusivo y diferente. Fue un vehículo muy vistoso, y vino acompañado de una publicidad que resaltaba sus aspectos curvos y coloristas.

Con una configuración mecánica totalmente convencional (motor delantero refrigerado por agua, con tracción a las ruedas delanteras), se conduce como un coche normal (habrá quien diga que no "de espíritu", pues sigue siendo un Beetle), y mantuvo las líneas curvas del modelo original pero sin lograr “ser un Bug” desde todos sus ángulos.

Las líneas de un Volkswagen Escarabajo  mexicano y un New Beetle, comparadas.

Aún así podían descubrirse detalles que hicieron del New Beetle un vehículo apreciado por los fanáticos del Escarabajo y los amantes del Automóvil en general. Para empezar, unas características técnicas notables, con motores de cuatro cilindros en línea de 1400 cc de 75 CV, un 1600 cc de 100 CV, un 2000 cc de 115 CV y un 1800 cc de 150 CV con turbocompresor.

Así mismo, muchos detalles permiten a quien haya conducido un “Old Beetle” sentirse como en casa en un New Beetle: el típico florero en el salpicadero para alegrar la vista con una rosa o una margarita, la parte alta del interior de las puertas renunciando al tapizado y acabadas en metal visto y la sensación de no saber dónde empieza y dónde termina el coche cuando se está a sus mandos.

Las líneas del Beetle del Siglo XX y el Beetle del Siglo XXI.

En abril de 2011 se presentó oficialmente el remake del Beetle para los próximos años, que pierde el “New” de su denominación el mismo año en que el iPad lo ganó. Inicialmente me ha supuesto un desagradable choque visual, al ver convertido al Fusca en un vehículo de aires deportivos cuyas líneas, tensadas e innecesariamente agresivas, se asemejan demasiado al soso revival de los Chrysler PT Cruiser.

Pero sí debe advertirse algo: sus líneas puras laterales concuerdan mucho mejor con el Beetle del Siglo XX que las del New Beetle. Podríamos interpretar a este Beetle del Siglo XXI como un verdadero y potente homenaje al Vocho, y al New Beetle como una revisión pop del mismo.

Definitivamente, si el diseño del Volkswagen Escarabajo merece la nota máxima (ni Pininfarina se atrevió a modificar su diseño) con una inapelable rebaja para las formas bulbosas que adquirió cuando adoptó la suspensión McPherson, podríamos jugar a otorgar al diseño del New Beetle un siete y medio en una escala del uno al diez, y al Beetle del Siglo XXI darle un aprobado como Escarabajo (porque no alcanza el encanto del original que quizá sí supo capturar el New Beetle) pero quizá una nota excelente como Beetle del Siglo XXI.

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