martes, 24 de julio de 2012

EL MAYOR IVAN HIRST, UN GRANDE DE LA HISTORIA DEL VOLKSWAGEN ESCARABAJO

Si hay alguien importante pero olvidado en la historia de la reconstrucción de la Volkswagen y de la fabricación del Escarabajo, ése es el oficial de la Armada Británica, el Mayor Ivan Hirst. Sin ser un ingeniero creativo como fuera Ferdinand Porsche, el padre del Volkswagen, y sin ser tampoco un directivo visionario como demostrara ser Heinz Nordhoff, Ivan Hirst supo poner todo su empeño en reactivar la producción de los Volkswagen Tipo 1 en los duros tiempos de la posguerra.

El Mayor Ivan Hirst (1916-2000),
hombre crucial en la resurrección de la Volkswagen.
Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, pocas cosas podían parecer más imposibles que la realización del sueño de Porsche: fabricar en masa un vehículo para el pueblo, que había estado ligado a una figura tan detestable como la de Adolf Hitler. Al quedar la Alemania vencida dividida en zonas políticas diferenciadas, la fábrica de Wolfsburg fue asignada al control de los británicos a mediados de 1945 una vez las fuerzas americanas se desentendieron de la misma.

La fábrica estaba totalmente destruida por los ataques aéreos de los aliados y gran parte de la maquinaria estaba en proceso de oxidación. Casi no había personal y los trabajadores que permanecieron en Wolfsburg soportaban unas duras condiciones de vida.

El oficial junto al segundo Volkswagen es Ivan Hirst, ante la ruinosa
presencia de la fábrica de Wolfsburg. ¡Qué contraste con el esplendor

de otras imágenes ante esa misma fábrica!

Los británicos trataron por todos los medios de sacar rendimiento a los pocos recursos existentes. Se instaló un taller de reparaciones y mantenimiento para miembros del Cuerpo de Ingenieros Mecánicos y Electricistas del Ejército Inglés en un área especial de la fábrica, a la cual se denominó "Wolfsburg Motor Works", y se comenzó a reparar maquinaria. Uno de los primeros vehículos fabricados se envió al cuartel general local del ejército británico, que solicitó más automóviles, suponiendo esto la tácita aprobación para el buen trabajo que se estaba llevando a cabo en la fábrica, que estaba bajo el mando del Mayor Ivan Hirst.

Nacido en Yorkshire, Inglaterra, el 4 de marzo de 1916, pertenecía a una familia de tradición relojera y estudió Ingeniería Óptica. Ya en la Universidad de Manchester se vinculó al ejército inglés. Durante la guerra actuó como oficial de Ingeniería Mecánica y tras el Desembarco de Normandía fue destinado a Bélgica. Cuando accedió al control de la fábrica de Wolfsburg, el ejército inglés pretendía obtener de ella beneficios como reparación de daños de guerra.

En marzo de 1946 salía de la línea de producción el Vocho número 1000,
un apropiado regalo de cumpleaños para el Mayor Ivan Hirst.

Sin embargo, Hirst tuvo acceso a un prototipo de preguerra y dedujo que podrían fabricarse automóviles relativamente baratos y muy sólidos para el propio ejército. Durante un año se aprovecharon incluso piezas y chasis de Kübelwagen para fabricar Volkswagen, del orden de unos 1.000 al año en los primeros tiempos. De entre los recuerdos que el Mayor Hirst mantenía, estaba el del olor de la cola de pescado utilizada para adherir los primeros tapizados del vehículo.

En un alarde de eficacia, se procedió primero a numerar y codificar los modelos. El conocido como KdF-Wagen pasó a denominarse Tipo 1; el Kübelwagen, Tipo 2; el chasis de un Tipo 2 aprovechado para una carrocería de Tipo 1, sería un Tipo 5. Se planificaron modelos descapotables, adaptaciones para reparto, bomberos, etc. La producción inicial no fue compleja hasta el agotamiento de las reservas de piezas existentes. De hecho, durante el verano de 1945 se fabricaron en torno a 200 vehículos al mes, pero después del período estival la producción se contrajo hasta menos de 10.

Inspeccionando un Tipo 1 que porta dos ruedas de repuesto.
El Mayor Ivan Hirst es el primer oficial por la izquierda.

La producción creció de forma apreciable y en 1949 se devolvió la fábrica a los alemanes, un año después de haber sido puesta bajo la dirección del gran Heinz Nordhoff. Tal y como había proyectado Hirst, la producción se encontraba en torno a los 10.000 vehículos anuales.

Así, Hirst y su superior, el Coronel Charles Radclyffe (quien por cierto en 1948 encargó un vehículo descapotable biplaza para uso personal que inspiraría los Hebmüller de 1950),  con su tenacidad e inventiva, sentaron las bases para la creación de una leyenda del Mundo del Automóvil.

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