Si Ferdinand Porsche fue el padre del Volkswagen y el mayor Ivan Hirst fue su padrino, Heinz Nordhoff puede ser con todo rigor considerado el padre de la Volkswagen como la gran compañía de automoción que es hoy en día.
El ingeniero Heinz Nordhoff (1899-1968), presidente de Volkswagen entre 1948 y 1967. |
Por mediación de Hirst, Heinz Nordhoff fue nombrado por el coronel británico Radclyffe Director General de la Volkswagen el 1 de enero de 1948. Fue recomendado por la Asociación Alemana de Fabricantes de Automóviles, y con su nombramiento se abrirían 20 años de un desarrollo sin precedentes en la Industria Automovilística alemana e internacional que contribuirían decisivamente a que el Volkswagen Escarabajo sea lo que hoy en día es.
Nordhoff, sin vivienda y sin ingresos estables tras la Segunda Guerra Mundial, supo aprovechar sus conocimientos sobre mecánica (era ingeniero de profesión) y su experiencia en las casas BMW y Opel. De hecho, como ejecutivo de Opel durante la Guerra estuvo a punto de ser enviado a Rusia con otros presos que jamás volvieron de la URSS. Cuando Radclyffe contactó con él, dirigía un pequeño taller de Opel en la ciudad de Hamburgo y se da la curiosa circunstancia de que jamás había conducido un automóvil Volkswagen.
Nordhoff tuvo casi plenos poderes para realizar modificaciones en la estructura de la fábrica y su funcionamiento, de manera que los británicos no entorpecieron su trabajo e iniciativas. La fábrica y la ciudad de Wolfsburg que Nordhoff encontró estaban deterioradas, con un ambiente deprimido por culpa de la escasez de alimentos y materias primas esenciales.
Una de las primeras medidas fue cambiar el nombre a la fábrica. De "Wolfsburg Motor Works" pasó a denominarse "Volkswagenwerk", eliminando además las zonas de acceso exclusivas para los británicos. Creó un innovador departamento de relaciones públicas, así como departamentos para finanzas, personal y producción.
Ya en primer año se lograron fabricar casi 19.500 Volkswagen, a pesar de que incluso cuando llovía el agua entraba en la fábrica y al no haber calefacción se hacían hogueras para evitar a congelación de la maquinaria. Todos los beneficios se destinaron a mejoras en la fábrica y a incrementar la calidad de los vehículos, que inicialmente presentaban defectos graves en pintura, suspensiones y motores especialmente. Tratando de mejorar constantemente, Nordhoff supo apreciar la incesante demanda de vehículos de posguerra para no frenar la producción en ningún caso. De hecho, en 1949, tras la intentona de Ben Pon de introducir el Vocho en Estados Unidos (un fracaso, debido a que su poca potencia y el ser conocido como "coche de Hitler" no le hacían ningún bien) él mismo se trasladó a New York a tratar de dar a conocer las virtudes del Escarabajo.
La política de Nordhoff incluyó el incentivo de compra bajando precios (como la conocida y drástica reducción de 1961 para todos los "Karmann-Ghia"); la puesta en marcha de nuevas fábricas, no sólo en la propia Alemania (como Kasssel, que arrancó el 1 de julio de 1956, Hanover, Emden, Ingoldstadt, Osnabrück) sino a nivel internacional (São Bernardo do Campo en Brasil, Puebla en México, Lagos en Nigeria, Jakarta en Indonesia, Auckland en Nueva Zelanda, Palma Sola en Venezuela, Manila en Filipinas, Nueva Palmira en Uruguay, y tantas otras); la negativa a sustituir el Volkswagen Tipo 1 por otro modelo cuando muchos dentro de la fábrica pensaron que era momento de hacerlo en torno a 1958 (¡lo que nos hubiéramos perdido!); la libertad para que los publicistas hicieran el increíble trabajo que hicieron con la publicidad del Beetle; y manifestarse estricto e intolerable con la incompetencia profesional a lo largo de los 20 años en los que estuvo a cargo de la dirección de la casa Volkswagen.
Heinz Nordhoff ante la fábrica Volkswagen y todo el personal de la misma. Un orgullo para Wolfsburg, una satisfacción para los amantes del Beetle. |
Para 1961, la fábrica que producía 5.000 VW anuales había pasado a montar 5.000 vehículos diarios. el año 1967 fue el último en que Nordhoff estuvo a cargo de la compañía. Si el padre del Vocho fue Ferdinand Porsche, el mérito de Nordhoff reside en haber levantado una ciudad y una fábrica devastadas por la guerra, haber hecho realidad la visión del vehículo de Porsche y poner nombre a probablemente la mejor era de la empresa: en 1967 la producción de Volkswagen había sufrido un ligero bajón, pero en 1968 volvió a superarse el millón de automóviles fabricados en el año, cifra que entre 1965 y 1973 sólo no se alcanzó el último año de mandato de Nordhoff.
Pocos meses después de su renuncia, en abril de 1968, Heinz Nordhoff fallecía por las secuelas de un ataque cardíaco en el otoño precedente. Había anunciado su jubilación total en nueve meses, para el 31 de diciembre. Su sucesor fue Kurt Lotz. Se guardó un minuto de silencio en su honor en todas las fábricas de la casa Volkswagen.
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